Toda esta historia comenzó en octubre de 2015, Marta fue diagnosticada de osteosarcoma, un verdadero mazazo para toda su familia. Rápidamente empezaron a tratarla con prequimio, después cirugía en la parte superior de su rodilla derecha y posteriores sesiones de quimioterapia. Una vez terminado el tratamiento a finales de mayo 2016, empezó con la rehabilitación.
A finales de junio del 2016, una tarde, sentada en brazos de su padre, se oyó un fuerte crujido, Marta comenzó a gritar, se había roto la placa de titanio por “fatiga” (la niña en esos momentos pesaba menos de 19 kg)… Pero bueno, cosas que pasan… Se la metieron otra vez al quirófano y se decidió esperar hasta que el hueso y el injerto estuviesen completamente soldados, garantizando así la unión, antes de continuar de nuevo con la rehabilitación.
Marta no volvió a caminar hasta marzo de 2017 y después en junio, tras una nueva revisión superada, la citaron en cuatro meses para la siguiente revisión, algo muy positivo, incluso se comentó la posibilidad de quitar el Port-a-Cath para finales de ese año.
Pero a principios de agosto de 2017, Marta apreció un bulto en su ingle, muy asustada se lo comunicó a su madre. Inmediatamente se llamó a Murcia, donde la recibieron al día siguiente. Tras realizar radiografía y palpación del bulto, el Dr. Fuster, comunicó a los padres que eso era una recidiva, lo cual significaba que ya estaba todo hecho. Dijo a sus padres que Marta ya no iba a salir adelante y que, se hiciese lo que se hiciese, su destino estaba echado.
Ante esa duras palabras, de que todo estaba ya hecho con Marta, sus desesperados padres se negaron a no intentar nada más. Le insistieron una y otra vez, que no la dejase abandonada a su suerte, que lo intentase de nuevo, que buscase donde hiciera falta, que mandase a Marta a cualquier otro Hospital en España, Europa, o incluso fuera del continente, lo que hiciera falta…
Tras realizar pruebas, descubren que también hay metástasis en la zona pélvica. Sus padres siguieron insistiendo en que buscasen lo que fuese necesario para intentar salvar a su hija y entonces les dijeron que iban a intentar pararlo con un tipo de quimio. Dos ciclos de quimio. Después plantearon un ensayo clínico en el Hospital Niño Jesús de Madrid. Aunque Marta tenía que descansar de quimio durante un mes para estar limpia y poder comenzar el ensayo. Se realizan pruebas y todo seguía igual.
La enfermedad no avanzaba ni retrocedía. Al comprobar finalmente que Marta era apta, se comenzó el ensayo en noviembre de 2017. Tras siete semanas, se tuvo que suspender porque el cuerpo de Marta estaba muy dañado por la toxicología del ensayo y se decide en Madrid descansar una semana, ya que ese mismo día (21/12/17) le realizaron pruebas para ver cómo estaba yendo el ensayo.
El 22/12/2017 por la noche, Marta comenzó a notar fuertes dolores en su pierna que no se calmaban con la analgesia utilizada normalmente para las molestias. La mañana del 23/12/17, llamó su madre a Madrid un tanto asustada para comentar la situación y le dijeron que fuesen a Murcia para que la medicasen por vena contra esos dolores, pero que “para su tranquilidad” las pruebas realizadas el día 21 estaban igual que cuando empezó con el ensayo, lo cual hacía suponer que la cosa estaba estable.
En Murcia comenzaron a medicarla con morfina para conseguir reducir los fuertes dolores que padecía. El día 27/12/17 le repitieron las pruebas y fue entonces cuando comenzó el desconcierto de los padres.
Esas pruebas indicaron que la enfermedad presentaba progresión, los tumores de la rodilla y pelvis habían progresado y además les comunican que también hay “metástasis pulmonar”. Esto indica que la enfermedad avanza y ya no hay nada que hacer.
Ése fue el mazazo más grande que recibieron los padres, después de todas las noticias que hasta ese momento habían vivido. Los médicos comenzaron a decirles que se hiciesen a la idea de que Marta se iba. Ya no hay medicación posible que pueda con ese tumor y la meten en cuidados paliativos para tratar de controlar el dolor. Informan a sus padres que no hay medicación, ni ensayo, ni lugar donde puedan ir a buscar alternativa.
Ante la insistencia de sus padres, en seguir buscando opciones para mantener a Marta con vida, finalmente se les ofrece una medicación de inmunoterapia que tras estudio realizado parecía que era el que más podía perjudicar al tumor, aunque seguían pensando que no había nada que hacer. Sus palabras para los padres sólo eran que le ofrecieran a Marta calidad de vida y disfrutaran todo lo posible de ella. De ahí no les podían sacar.
El día 29/12/17, recibieron el alta y se fueron a casa con medicación oral para controlar el dolor en casa. Desde ese día, no ha pasado ni uno solo que Marta no haya tenido dolor, en ocasiones controlado y en ocasiones sin controlar, demorándose días enteros con dolor, situación que es insufrible para ella y de impotencia absoluta para sus padres.
No resignándose, sus padres comenzaron una andadura para encontrar alguna alternativa informando en todo momento a los médicos de Murcia de los pasos que iban realizando. Se desplazaron a Torrevieja. Allí les ofrecen realizar biopsia y estudio para conseguir alguna medicación posible. No les convence y tras comentar el tema con los doctores de Murcia, rechazaron esa opinión ya que el Dr. Fuster se negó por completo a realizar cualquier recomendación que les dieran en Torrevieja porque él tenía muy mala opinión de esa Clínica.
No dándose por vencidos, sus padres visitaron después en Madrid una clínica de osteopatía en la cual les dijeron que diesen a Marta multitud de compuestos naturales, jarabes y demás que le podrían ayudar en su situación. De nuevo lo comentaron en Murcia y aun no compartiendo la opinión, no se negaron a que hicieran ese tratamiento, el cual terminó su madre semanas después porque le creaba a Marta un estado de ansiedad que no le ayudaba en su día a día (pensando en su calidad de vida como decían los médicos).
Siguieron buscando. Entonces se desplazaron a Pamplona, a la Clínica Universidad de Navarra, donde llevaron los informes que tenían con las últimas pruebas realzadas a Marta. Y allí les ofrecieron otra posibilidad. Aun viendo que la situación era complicada, pensaron en la posibilidad de intentar otro tipo de terapia que podría ayudar a Marta, dado que las lesiones que tenía comprobaron que se podían abordar de alguna manera y su estado todavía era bueno.
Por cierto, a pesar de que, en navidades, los médicos de Murcia habían comunicado a los padres que Marta tenía metástasis pulmonar, en Pamplona les explicaron que en los informes y pruebas solo se hablaba de micronodulos pulmonares, y que eso no determina metástasis pulmonar hasta no hacer estudio de seguimiento para comprobar si aumentan de tamaño (porque eran micro) y la propia medicación recibida podría haber ocasionado que se engrosaran en su tamaño de forma temporal, sin ser nada más. Eso fue un gran alivio y sorpresa para los padres, pues en el fondo les estaba insinuando que el diagnostico de Murcia podría estar equivocado.
Regresaron a casa animados por una nueva oportunidad que se le había abierto a Marta (y además sin metástasis pulmonar), pero derrotados porque ahora el problema era que en Pamplona les advirtieron que ese tratamiento iba a ser bastante costoso y que ellos (una familia normal) no iba a poder afrontarlo económicamente, por lo que necesitaban un volante de la sanidad de Murcia para que se hiciera cargo del tratamiento.
Volvieron a Murcia y tras contar todo lo sucedido en Pamplona, les preguntaron a los médicos por las metástasis en los pulmones y entonces empezaron a divagar sobre que sí, que los nódulos eran pequeños, pero que si la enfermedad está en progreso seguro era metástasis…
Además, no estaban nada conformes con que Marta comenzase un nuevo tratamiento en Pamplona, pues según ellos les estaban engañando, que allí solo querían sacar dinero aprovechando la situación desesperada de unos padres que se agarran a un clavo ardiendo. Por otro lado, los médicos les dicen que la pierna de Marta ya estaba muy inflamada y por tanto era imposible abordarla de la forma que pretendían en Pamplona.
Entonces los padres solicitaron nuevas pruebas con fecha 12/02/18, incluyendo fotos de la pierna de Marta, para que en Pamplona valorasen de nuevo su situación actualizada y les confirmasen si seguían manteniendo la opinión de hacer un nuevo intento terapéutico. Y para sorpresa de los médicos de Murcia, en Pamplona volvieron a decir que sí, confirmando esa posibilidad para Marta.
Por cierto, en esas nuevas pruebas realizadas a Marta, todos los anteriores micronódulos pulmonares se habían quedado en solo un par y además de dudoso juicio, ya que podrían ser vasos sanguíneos.
Ante las reiteradas negativas de sus médicos y/o del Servicio Murciano de Salud para derivar a Marta a la Clínica Universidad de Navarra, único lugar encontrado en España dispuesto a continuar su tratamiento con un nuevo intento terapéutico, según el informe que emitieron tras evaluar su estado, entonces, debido al coste tan elevado que tendrían que afrontar, su madre decidió lanzar una petición desesperada para la recogida de firmas de apoyo en la plataforma Change.org «Autoricen el desplazamiento de Marta, con cáncer de huesos, para seguir su tratamiento« dirigida a Consejero de Sanidad de Murcia, que ha logrado obtener más de 425.000 firmas de apoyo.
Y también otra petición paralela en la plataforma Osoigo.com «¿Nos ayudáis a conseguir un volante para el tratamiento de Marta?« que pronto consiguió las firmas de apoyo suficientes para obtener respuestas, pero que no obtuvo la respuesta de ningún político regional.
Seguidamente, para ir publicando todas las noticias y peripecias sobre Marta y sus padres, se puso en marcha una página en Facebook con el nombre Marta · #LaPrincesaValiente, otra página en Twitter de #LaPrincesaValiente, y también se creó esta página web, para hacer público el tema con el fin de obtener todos los apoyos que fuesen necesarios.
Sábado, 23 de junio de 2018
Fue un día muy triste para todos, porque Marta #LaPrincesaValiente dejó de está físicamente entre nosotros. Tras su prolongada y dura pelea, el villano monstruo había vencido. Fue su pequeño corazón el que finalmente dejó de latir, pero Marta sigue y seguirá estando por siempre en todos nuestros corazones y en nuestros recuerdos, como un gran ejemplo de heroica luchadora.
Hay ángeles que del cielo
nos vienen a visitar
y su estancia en la tierra
suele sernos muy fugaz.
A nosotros en el cole
uno nos acompañó,
nuestra pequeña Marta
que a todos encandiló.
Muy menudita y discreta,
Trabajadora y tenaz.
Su sonrisa tan preciosa
A todos nos va a regalar.
Luchadora incansable
en su deseo de aprender,
compartiendo con nosotros
momentos de su niñez.
A profesores y amigos
nos sangra el corazón
por tu pronta partida,
seguro a un lugar mejor.
Nuestros pasillos y estancias,
vacíos estarán sin ti.
Nuestros patios de juegos,
tu ausencia han de sentir.
Compañeros y profesores
llorándote a ti están,
familiares y amigos
difícil de consolar.
Pues sentimos tan injusto
el que tengas que marchar.
Cuando tu vida pequeña
acababa de empezar.
En corazón y recuerdo
te vamos a acariciar,
cual ángel de la guarda
seguro nos acompañarás.
Desde aquí querida Marta
hemos de decirte adiós,
con todo nuestro cariño
“Hasta pronto corazón”.
Ana Isabel – Colegio Alfonso X «El Sabio»